Quiero hacer películas sobre las cosas que nunca pasan y en el interior del ser humano es siempre un deseo su existencia.
Evidenciar las imágenes de un deseo negaría al deseo en sí.
O en su defecto pervertiría su frecura, su autenticidad.
Por lo tanto, sería una película de la película subconsciente y adulterada.
Entonces uno no debería mostrar las imágenes del deseo para no intervenir en su naturaleza.
Me condeno de esta forma a proyectar imágenes de lo que siempre pasa y a los seres humanos les aburre, y a esconderles dentro las imágenes de mis deseos disfrazadas de sus deseos, para poder así cumplir mi deseo sin pervertir su naturaleza, solo pervirtiendo la mía.
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